Izquierda Unida exige al Ayuntamiento que ponga freno al grave deterioro de las zonas públicas de la Urbanización Divina Pastora
Divina Pastora es una urbanización de edificios entre la Cruz del Señor y el Palacete Coviella construida en la década de los 70 con la expansión del núcleo de Santa Cruz hacia esa parte alta de la ciudad. Situada en el Barrio del Perú, en 1984 la urbanización fue parte de una cesión de terrenos a la ciudad firmada por la entidad propietaria (la Mutualidad General de Previsión del Hogar Divina Pastora) y el entonces alcalde Manuel Hermoso.
El acuerdo 32 años después es para la gente que vive en la urbanización, “sólo papel mojado”. El Ayuntamiento no cumplió su parte para mantener los espacios comunes y hoy Divina Pastora sufre un deterioro de sus zonas comunes que amenazan la tranquilidad de sus vecinos.
La urbanización tiene un diseño radial. Los edificios rodean un patio central de uso comunitario, salpicado por pequeños parterres y jardines a distintas alturas que hace cuarenta años fueron el orgullo de los primeros propietarios. Hoy son un quebradero de cabeza, una preocupación que casi no los deja dormir. Partes de esas zonas comunes han comenzado a hundirse, el suelo ha ido cediendo y la falta de mantenimiento, las lluvias y las corrientes de agua han hecho el resto. Hay propietarias que sólo piensan en vender, angustiadas por la idea de un derrumbe como el sufrido en Los Cristianos hace apenas unos meses.
Desde principios de año, el deterioro ha ido aumentando y la alarma de los vecinos también. En los huecos abiertos por el agua anidan ratas, que de vez en cuando emergen a la superficie. Y el Ayuntamiento no pone remedio. A pesar de que la gente de Divina Pastora lleva “más de diez años batallando”, explican las vecinas.
Han pedido papeleras, un semáforo en el peligroso cruce que se dirige al colegio infantil, una rampa para gente con problemas de movilidad, o un espejo que permita a los coches entrar en la subida de Cuesta Piedra sin dificultad, pero el Ayuntamiento ha hecho oídos sordos. Hace un par de meses les prometieron un “zafarrancho de limpieza”. Pero un “zafarrancho de limpieza” no solucionará los problemas de Divina Pastora.
Izquierda Unida llevó en febrero pasado una pregunta a la Comisión de Control sobre la urbanización y las medidas que iba a tomar el grupo de gobierno para solucionar un abandono de más de tres décadas. La respuesta fue: “zafarrancho de limpieza” y una sorpresa para los vecinos: el Ayuntamiento afirma que esas zonas comunes son privativas, no constan en el inventario Municipal de Bienes y Derechos y por lo tanto, “le correspondería a los propietarios su mantenimiento”.
Sin embargo, en la respuesta se apuntaba que “en el caso de que existiese una cesión tomaremos las medidas oportunas en coordinación con las áreas competentes de este Ayuntamiento para resolver esta problemática”. Así que, como existía una cesión, el concejal de Izquierda Unida, Ramón Trujillo, se puso en contacto con la concejala del Distrito Salud-La Salle y le remitió copia del acuerdo suscrito con el Ayuntamiento con la esperanza de que, tras 32 años de inejecución de los efectos del acuerdo, firmado por Manuel Hermoso, pudiera celebrarse el trigésimo tercer aniversario de la rúbrica de dicho acuerdo con la conclusión de una serie de mejoras necesarias en las zonas cedidas.
Pero tampoco hubo respuesta del Ayuntamiento, por lo que Izquierda Unida decidió presentar una moción al pleno con una serie de propuestas de mejora. La moción se debate hoy, 22 de julio, con una serie de medidas consensuadas con los vecinos.
Izquierda Unida propone reparar “urgentemente” la rampa y el pavimento hundido situados en la parte posterior de los bloques 9, 10 y 11 de Divina Pastora. El pavimento se encuentra hundido en la terraza situada al mismo nivel que el acceso al Edificio nº 10, junto al muro que delimita este pavimento y la rampa. En ésta, el pavimento se halla en peor estado y los hundimientos llegan a ser hasta de diez centímetros, provocando un serio problema de seguridad a quienes transitan por ella. También hay numerosas manchas de humedad en los muros que delimitan estas superficies. El deterioro de estos pavimentos se debe a que el terreno sobre el que fueron colocados ha ido cediendo ante la inexistencia de medios de evacuación correcta de las aguas y, por lo tanto, se forman charcos desde los que se filtra agua produciendo un lavado del relleno que sustenta el pavimento y así, progresivamente, van agrandándose las grietas. Asimismo, hay que señalar que se han generado espacios vacíos bajo el pavimento que han sido colonizados por roedores. La reparación de esta rampa y del pavimento de su entorno es urgente, no sólo por los riesgos que implica para los viandantes, sino por el obstáculo que supone para personas con movilidad reducida. Situación agravada por el hecho de que la rampa de acceso a los edificios 10 y 11, desde la Subida de Cuesta Piedra, tiene una pendiente que la hace impracticable.
En segundo lugar, es importante abordar los problemas de accesibilidad que presenta la urbanización Divina Pastora. Y, asimismo, el problema generado por las raíces de árboles demasiado próximos a las edificaciones en la zona que da para la Calle Francisco de Aguilar y en otros puntos de la urbanización. Por lo demás, debiera mejorarse el estado y el cuidado de los jardines ubicados en zonas cedidas al Ayuntamiento.
Por último, también debiera darse respuesta a la demanda vecinal de Divina Pastora para que se instale un espejo a la salida de los aparcamientos y así evitar los riesgos derivados del tránsito rápido de vehículos sumado a la reducción de visibilidad generada por la curva.
Depende de lo que decida hoy en el pleno el equipo de gobierno (Coalición Canaria y el Partido Popular) para que Divina Pastora vea compensado un abandono de más de treinta años.